Mireia- Hola, ¿está [...]?
-¿Eh?
M- ¿Me oye?
-¿Eh?
M- ¿Me oye?
- Te oigo
M- Hola, soy Mireia. No me conoce. ¿Me oye?
-¿ No sé quién eres?
M- Eh… ¿es la casa de [...]?
- ¿Qué?
M- ¿Es la casa de [...]?
-Aquí te has equivocao
M- eh… es el 783……..
-Sí
M- ¿Sí?
-No. No, te has equivocado
[vuelvo a llamar]
-¿Sí?
M- ¿Hola? A ver, ¿es su teléfono el 783……….?
- ¿Qué?
M- ¿Es su teléfono el 783……..?
-Pues no lo sé.
M- ¿Es la casa de [...]?
- ¿Qué?
M- ¿Es la casa de [...]?
- A ver, espera. (Manolo… Mira a ver quién es, a ver si lo entiendes tú. Yo no la entiendo)
Manolo- Sí, ¿diga?
M- Hola, ¿me oye bien?
Ma- Diga
M- ¿Es la casa de [...]?
Ma- No
M- ¿Y el teléfono es el 783……?
Ma- Sí
M- Bueno, pues lo debo tener mal. Perdone, eh? Gracias
Ma- De nada
M- Adiós.
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